Édouard Manet nació en París el 23 de enero de 1832, en una familia acomodada.
Desde muy joven empieza a viajar, intenta formar parte de la marina pero tras el fracaso se interesa por la pintura tiene muchas influencias debido a su posición social.
Trabaja duro en el mundo del arte hasta que tras mucho esfuerzo y exposiciones individuales fallidas consigue formar parte de la Société Anonyme des artists pero nunca realizo una exposición colectiva.
Muere el 30 de abril de 1883.
Desde muy joven empieza a viajar, intenta formar parte de la marina pero tras el fracaso se interesa por la pintura tiene muchas influencias debido a su posición social.
Trabaja duro en el mundo del arte hasta que tras mucho esfuerzo y exposiciones individuales fallidas consigue formar parte de la Société Anonyme des artists pero nunca realizo una exposición colectiva.
Muere el 30 de abril de 1883.
Aunque se le consideraba un personaje controvertido y rebelde, Manet se pasó casi toda su vida buscando la fama y la fortuna, y lo que quizás sea más importante, un pintor que ahora es aceptado como uno de los grandes.
Tuvo que esperar al final de su vida para conseguir el éxito que su talento merecía. Pese a que se le considera uno de los padres del Impresionismo, nunca fue un impresionista en el sentido estricto de la palabra.
Por ejemplo, jamás expuso con el grupo y nunca dejó de acudir a los Salones oficiales, aunque le rechazaran.
Afirmaba: "No tengo intención de acabar con los viejos métodos de pintura ni de crear otros nuevos".
Tuvo que esperar al final de su vida para conseguir el éxito que su talento merecía. Pese a que se le considera uno de los padres del Impresionismo, nunca fue un impresionista en el sentido estricto de la palabra.
Por ejemplo, jamás expuso con el grupo y nunca dejó de acudir a los Salones oficiales, aunque le rechazaran.
Afirmaba: "No tengo intención de acabar con los viejos métodos de pintura ni de crear otros nuevos".
Sus objetivos no eran compatibles con los de los impresionistas, por mucho que se respetaran mutuamente.
El poco éxito de Manet, al menos en las etapas tempranas de su carrera, se debió más a los temas de sus cuadros, considerados escandalosos, que a la novedad de su estilo. No fue hasta mediados de la década de 1870 que empezó a utilizar técnicas impresionistas.