
Su padre, Louis-Auguste Cézanne , era sombrerero, convirtiéndose en banquero en 1847 , como uno de los socios fundadores de la firma «Cézanne y Chabanel», que prosperó a lo largo de la vida del artista, lo que le permitió una seguridad financiera inalcanzable para la mayoría de sus contemporáneos. Por otro lado, su madre, Anne-Elisabeth Honorine Aubert era vivaz y romántica, pero se ofendía fácilmente. De ella heredó Paul su concepto y visión de la vida.
En 1852 comenzó sus estudios en el colegio Bourbon Permaneció allí durante seis años, aunque en los dos últimos fue alumno externo. En 1857 se inscribió en la Escuela de Dibujo de Aix, asistiendo a los cursos de Joseph Gibert, director de la escuela y del museo de bellas artes de la ciudad.
Desde 1859 hasta 1861 estuvo matriculado, por influencia paterna, en la facultad de Derecho de la Universidad de Aix, mientras seguía recibiendo lecciones de dibujo. Pronto comprendió que su verdadera vocación era la pintura. Instaló su primer estudio en Jas de Bouffan , la casa de campo de su padre. La decoró con temas referentes a Las cuatro estaciones , que firma, con ironía, como «ingres».
En 1861, después de una serie de encarnizadas discusiones familiares, recibió una pequeña asignación y marchó a estudiar arte a Paris. Le animó mucho a adoptar esta decisión Zola, quien vivía en la capital desde 1858.
Se inscribió en la Academia Suiza (Académie Suisse), una academia privada en la que trabajaba con modelos del natural, y en la que no había exámenes ni lecciones , todo ello para preparar el examen de ingreso en laÉcole des Beaux-Arts. En el Museo del Louvre descubrió la obra de Caravaggio y de Velazquez, lo que marcó profundamente su evolución artística. Cuando rechazaron su candidatura a la École des Beaux-Arts, regresó a Aix y aceptó un empleo en el banco de su padre.
Sin embargo, en 1862 decidió volver a París para consagrarse definitivamente a la pintura, pasándole su padre una pensión de 125 francos. Reanudó su amistad con Zola y continuó sus estudios en la Academia Suiza, donde conoció a Gilaumin y a Pisarro, pintor mayor que él aunque poco reconocido, que vivía con su numerosa familia en una zona rural a las afueras de París. Cézanne se sintió de inmediato atraído por los elementos más radicales del mundo artístico parisino. Admiraba sobre todo al pintor romántico Eugene Delacroix y, entre los artistas más jóvenes, a Gustave Courbet y a Manet, que exponían obras de estilo y temas chocantes para sus contemporáneos.
El año 1886 fue crucial: se casó con Hortense y, en octubre, murió su padre. Le dejó en herencia la finca que había adquirido en 1859. Cézanne tenía 47 años de edad y por fin consiguió la independencia económica, gracias a la gran herencia que recibió, aunque siguió manteniendo el aislamiento social.
En 1895 se celebró su primera exposición individual, organizada por Vollard, con 100 lienzos. Este marchante promocionó la obra de Cézanne con gran éxito durante los años siguientes, logrando que subiera su cotización, como se comprueba al ver los precios de las ventas Duret y Tanguy (1894) y la venta Chocquet de 1899.
Un día, Cézanne se vio atrapado por una tormenta mientras trabajaba en el campo. Sólo después de haber trabajado durante dos horas bajo el aguacero decidió regresar a casa; pero en el camino se desmayó. Lo llevó a casa un conductor que pasaba. Su ama de llaves le frotó los brazos y las piernas para restaurar la circulación; como resultado, recuperó la consciencia. Al día siguiente, pretendía seguir trabajando, pero más tarde se desmayó; el modelo pidió ayuda; le metieron en la cama, en Lauves, de donde no volvió a salir. Murió unos pocos días después, el 22 octubre de 1906 Murió de neumonía y fue enterrado en el antiguo cementerio en su amada ciudad natal de Aix-en-Provence.
Después de su muerte, su estudio en Aix se convirtió en un monumento.